a2Rey. 18:13-37; 2Crón. 32:1-19
l2Rey. 18:7
z2Crón. 32:18
aePrv. 5:15
bx2Rey. 15:29; 16:9; 17:6, 24; 1Crón. 5:26
cpDt. 11:10; 1Rey. 20:10
dr2Rey. 20:6
ds2Rey. 19:35

Isaiah 36

Invasión de Senaquerib

1 aY aconteció que en el año catorce del rey Ezequías, subió Senaquerib, rey de Asiria, contra todas las ciudades fortificadas de Judá, y las tomó. 2El rey de Asiria envió desde Laquis a Jerusalén, al Rabsaces
I.e. copero mayor.
con un gran
Lit. pesado.
ejército, contra el rey Ezequías. Y se colocó junto al acueducto del estanque superior que está en la calzada del campo del Batanero
O del Lavandero.
,
e.
3Entonces Eliaquim, hijo de Hilcías f, mayordomo de
O que estaba sobre.
la casa real, el escriba Sebna h y el cronista Joa, hijo de Asaf, salieron a recibirlo.

4Y el Rabsaces les dijo: «Digan ahora a Ezequías: “Así dice el gran rey, el rey de Asiria: ‘¿Qué confianza es esta que tú tienes
Lit. en que confías.
?
5’Yo digo
Los M.M.M., otros mss. y 2Rey. 18:20 dicen: Tú dices.
: “Tu consejo y poderío para la guerra solo son palabras vacías
Lit. palabra de los labios.
”. Ahora pues, ¿en quién confías que te has rebelado contra mí l?
6’Yo sé que tú confías en el báculo de esta caña quebrada, es decir, en Egipto, en el cual, si un hombre se apoya, penetrará en su mano
Lit. palma.
y la traspasará. Así es Faraón, rey de Egipto, para todos los que confían en él n.
7’Pero si me dicen: “Nosotros confiamos en el Señor nuestro Dios”, ¿no es Él aquel cuyos lugares altos y cuyos altares Ezequías ha quitado o y ha dicho a Judá y a Jerusalén: “Adoren delante de este altar”?

8’Ahora pues, te ruego que llegues a un acuerdo
Lit. intercambies promesas.
con mi señor el rey de Asiria, y yo te daré 2,000 caballos, si por tu parte puedes poner jinetes sobre ellos.
9’¿Cómo, pues, puedes rechazar a
Lit. volver el rostro de.
un oficial
O gobernador.
de los menores de los siervos de mi señor, y confiar
Lit. confiar para ti mismo.
en Egipto para tener carros y hombres de a caballo t?
10’¿He subido ahora sin el consentimiento del Señor contra esta tierra para destruirla? El Señor me dijo u: “Sube contra esta tierra y destrúyela”’”».

11Entonces Eliaquim, Sebna y Joa dijeron al Rabsaces: «Le rogamos que usted hable a sus siervos en arameo v porque nosotros lo entendemos
Lit. oímos.
, y no nos hable en la lengua de Judá
Lit. judío; i.e. Hebreo; y así en el vers. 13.
,
y a oídos del pueblo que está sobre la muralla».
12Pero el Rabsaces dijo: «¿Acaso me ha enviado mi señor para hablar estas palabras solo a tu señor y a ti, y no a los hombres que están sentados en la muralla, condenados a comer sus propios excrementos y a beber su propia orina con ustedes?».

13El Rabsaces se puso en pie, gritó a gran voz en la lengua de Judá z: «Escuchen las palabras del gran rey, el rey de Asiria. 14»Así dice el rey: “Que no los engañe aa Ezequías, porque él no los podrá librar. 15”Que tampoco Ezequías los haga confiar en el Señor, diciendo: ‘Ciertamente el Señor nos librará, y esta ciudad no será entregada en manos del rey de Asiria ab’. 16”No escuchen a Ezequías”, porque así dice el rey de Asiria: “Hagan la paz conmigo
Lit. Hagan conmigo una bendición.
y salgan a mí, y coma cada uno de su vid y cada uno de su higuera ad, y beba cada cual de las aguas de su cisterna ae,
17hasta que yo venga y los lleve a una tierra como su tierra, tierra de grano y de vino nuevo, tierra de pan y de viñas. 18Cuidado, no sea que Ezequías los engañe, diciendo: ‘El Señor nos librará af’. ¿Acaso alguno de los dioses de las naciones ha librado su tierra de la mano del rey de Asiria? 19”¿Dónde están los dioses de Hamat y de Arfad ag? ¿Dónde están los dioses de Sefarvaim ah? ¿Cuándo han librado ellos a Samaria ai de mi mano? 20”¿Quiénes de entre todos los dioses de estas tierras han librado su tierra de mi mano aj, para que el Señor ak libre a Jerusalén de mi mano?”».

21Pero ellos se quedaron callados y no le respondieron palabra alguna al; porque el rey había dado un mandato al pueblo diciéndole: «No le respondan». 22Entonces Eliaquim, hijo de Hilcías am, mayordomo de la casa real, el escriba Sebna an y el cronista Joa, hijo de Asaf, fueron a Ezequías con sus vestidos rasgados, y le relataron las palabras del Rabsaces.

Isaiah 37

Capítulo 37

Ezequías y el profeta Isaías

1 aoCuando el rey Ezequías oyó esto rasgó sus vestidos, se cubrió de cilicio y entró en la casa del Señor. 2Entonces envío a Eliaquim ap, mayordomo de la casa real, con el escriba Sebna aq y los ancianos de los sacerdotes, cubiertos de cilicio, al profeta Isaías, hijo de Amoz ar. 3Y ellos le dijeron: «Así dice Ezequías: “Este día es día de angustia as, de reprensión y de desprecio, pues hijos están para nacer
Lit. saliendo de la matriz.
, pero no hay fuerzas para dar a luz au.
4”Tal vez el Señor tu Dios oirá las palabras del Rabsaces, a quien su señor, el rey de Asiria, ha enviado para injuriar al Dios vivo av, y lo reprenderá por las palabras que el Señor tu Dios ha oído. Eleva, pues, una oración por el remanente que aún queda aw”».

5Cuando llegaron los siervos del rey Ezequías ante Isaías, 6este
Lit. Isaías.
les dijo: «Así dirán a su señor: “Así dice el Señor: ‘No temas por las palabras que has oído ay, con las que los siervos del rey de Asiria me han blasfemado.
7’Voy a poner en él un espíritu, oirá az un rumor y se volverá a su tierra; y en su tierra lo haré caer a espada ba’”».

8Entonces el Rabsaces volvió y halló al rey de Asiria peleando contra Libna bb, pues había oído que el rey había partido de Laquis bc. 9Y les oyó
Lit. oyendo.
,
be decir acerca de Tirhaca, rey de Cus
O Etiopía.
,
bg: «Ha salido a pelear contra ti», y cuando lo oyó, Senaquerib envió mensajeros a Ezequías, diciendo:
10«Así dirán a Ezequías, rey de Judá
Lit. Judá, diciendo.
: “No te engañe tu Dios en quien tú confías, diciendo: ‘Jerusalén no será entregada en mano del rey de Asiria bi’.
11”Tú has oído lo que los reyes de Asiria han hecho a todas las naciones
Lit. tierras.
, destruyéndolas por completo bk, ¿y serás tú librado?
12”¿Acaso los libraron los dioses de las naciones que mis padres destruyeron, es decir, Gozán bl, Harán bm, Resef y a los hijos de Edén que estaban en Telasar? 13”¿Dónde está el rey de Hamat, el rey de Arfad, el rey de la ciudad de Sefarvaim, de Hena y de Iva?”».

14Entonces Ezequías tomó la carta
Lit. las cartas.
de mano de los mensajeros y la leyó. Después subió a la casa del Señor y
Lit. y Ezequías.
la extendió delante del Señor.
15Y Ezequías oró al Señor, y dijo: 16«Oh Señor de los ejércitos, Dios de Israel, que estás
Lit. estás sentado.
sobre los querubines bq, solo Tú eres Dios br de todos los reinos de la tierra bs. Tú hiciste los cielos y la tierra bt.
17»Inclina, oh Señor, Tu oído y escucha; abre, oh Señor, Tus ojos y mira bu; escucha todas las palabras que Senaquerib ha enviado para injuriar al Dios vivo bv.

18»En verdad, oh Señor, los reyes de Asiria han asolado todas las naciones
Lit. tierras.
y sus tierras bx,
19y han echado sus dioses al fuego, porque no eran dioses, sino obra de manos de hombre by, de madera y piedra; por eso los han destruido bz. 20»Y ahora, Señor, Dios nuestro, líbranos de su mano ca para que todos los reinos de la tierra sepan que solo Tú, oh Señor, eres Dios
Así en los M.M.M. y en 2Rey. 19:19; el T.M. no incluye, Dios.
,
cc».

21Entonces Isaías, hijo de Amoz cd, envió a decir a Ezequías: «Así dice el Señor, Dios de Israel: “Por cuanto me has rogado acerca de Senaquerib, rey de Asiria, 22esta es la palabra que el Señor ha hablado contra él:

‘Te ha despreciado y se ha burlado de ti

La virgen hija de Sión ce;

Ha movido la cabeza cf a tus espaldas

La hija de Jerusalén.
23’¿A quién has injuriado y blasfemado cg?

¿Y contra quién has alzado la voz

Y levantado con orgullo
Lit. en alto.
tus ojos ci?

¡Contra el Santo de Israel cj!
24’Por mano de tus siervos has injuriado al Señor,

Y has dicho: “Con mis numerosos carros

Yo subí a las cumbres de los montes,

A las partes más lejanas del Líbano,

Y corté
Así en la versión gr. (sept.); en el T.M., cortaré.
sus altos cedros y sus mejores cipreses cl.

Iré a su más alta
Lit. lejana.
cima, a su más frondoso bosque cn.
25”Yo cavé pozos y bebí aguas,

Y sequé con la planta de mis pies

Todos los ríos de Egipto
O del lugar sitiado.
,
cp”.
26’¿No has oído cq?

Hace mucho tiempo que lo hice,

Desde la antigüedad lo había planeado cr.

Ahora he hecho que suceda,

Para que conviertas las ciudades fortificadas

En montones de ruinas cs.
27’Sus habitantes, faltos de fuerzas
Lit. de manos débiles.
,

Fueron desalentados y humillados.

Vinieron a ser como la vegetación del campo

Y como la hierba verde cu,

Como la hierba en los techos que se quema
Así en los M.M.M. y en 2Rey. 19:26; en el T.M., y como campo arado.


Antes de que haya crecido cw.
28’Pero conozco tu sentarte,

Tu salir y tu entrar,

Y tu furor contra Mí cx.
29’A causa de tu furor contra Mí,

Y porque tu arrogancia
Lit. complacencia.
,
cz ha subido hasta Mis oídos,

Pondré, pues, Mi garfio da en tu nariz

Y Mi freno db en tu boca
Lit. tus labios.
,

Y te haré volver por el camino por donde viniste dd.

30’Entonces esta será la señal para ti, Ezequías: Este año ustedes comerán
Lit. comiendo.
lo que crezca espontáneamente; el segundo año lo que nazca de por sí df, y en el tercer año siembren, sieguen, planten viñas y coman su fruto.
31’El remanente dg de la casa de Judá que se salve dh, echará de nuevo raíces por debajo y dará fruto por arriba di. 32’Porque de Jerusalén saldrá un remanente dj, y del monte Sión sobrevivientes
Lit. los que escapan.
. El celo dl del Señor de los ejércitos dm hará esto’”».

33«Por tanto, así dice el Señor acerca del rey de Asiria: “Él no entrará en esta ciudad ni lanzará allí flecha alguna; tampoco vendrá delante de ella con escudo ni levantará terraplén contra ella dn. 34”Por el camino que vino, por él se volverá do, y no entrará en esta ciudad”, declara el Señor. 35“Porque defenderé esta ciudad dp para salvarla por amor a Mí mismo dq y por amor a Mi siervo David dr”».

Muerte de Senaquerib

36Y salió el ángel del Señor e hirió a 185,000 en el campamento de los asirios. Cuando los demás se levantaron por la mañana, vieron que todos eran cadáveres ds. 37Entonces Senaquerib, rey de Asiria, partió y regresó a su tierra, y habitó en Nínive dt. 38Y mientras él adoraba en la casa de su dios Nisroc, sus hijos Adramelec y Sarezaer lo mataron a espada y huyeron a la tierra de Ararat du. Y su hijo Esar Hadón dv reinó en su lugar.
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